La temàtica és tan variada com interpretadors es posen davant el quadre: animals, figures humanes, objectes diversos… Per a uns el toro és el poble espanyol que pateix, per d'altres la barbàrie feixista… Per a uns el cavall és el poble assassinat pels enemics, per d'altres el franquisme ferit de mort per la democràcia… Sobre les figures humanes… hi ha opinions per a tots els gustos. Totes aquestes simbologies les va desmuntar el propi Picasso el 1947 quan preguntat per la seva simbologia, no va explicar res però va dir: "El toro és un toro, el cavall és un cavall… Cal que els espectadors vegin uns símbols en el toro i el cavall y que els interpretin com els sembli… És el públic qui ha de veure allò que vol veure".
La interpretació d'aquesta pintura té dues vessants controvertides: l'una, que és una al·legoria del bombardeig de les tropes nacionals sobre la ciutat de Gernika; l'altra, que és un cant a la mort del torero Ignacio Sánchez Mejías.
A primers de juliol va aparèixer a La Contra de LV, una entrevista al pintor Francisco Valderrama que conta que el seu besavi i Picasso, de petits, jugaven plegats a Málaga. I explica que el Gernika "és una elegia secreta de Picasso a Sánchez Mejías i Federico García Lorca. Picasso va aconseguir amb aquesta obra recosir ombres per fer universal el seu dolor més íntim".
Francisco Valderrama explica en aquesta entrevista que la versió oficial (bomberdeig de Gernica) no es correspon amb la real (mort de Sánchez Mejías) i n'exposa els motius.
* * *
L'agost del 1934, amb 43 anys, decideix tornar als toros. Substitueix a Domingo Ortega a la Plaça de Manzanares. Toro Granadino. “Maestro, cuídese de este toro, que mira a la derecha”, l'havia advertit el mosso d'espases. Gran cornada a la cuixa dreta. Es dessagna. El volen operar a la infermeria de la plaça però ell vol que el portin a Madrid. L'ambulància tarda hores a arribar. Als dos dies gangrena. El 13 d'agost mor a la clínica.
A la seva mort els seus amics el lloen: Miguel Hernández, Rafael Alberti i Federico García Lorca amb la seva elegia Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. La seva faceta intel·lectual i la gran amistat amb molts dels escriptors del 27 va fer que va fer que tingués més repercussió a la història dels toros per aquest motiu que com a "matador".
A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
…
¡Eran las cinco en todos los relojes!
…
No se cerraron sus ojos
cuando vio los cuernos cerca,
…
No hubo príncipe en Sevilla
que comparársele pueda,
ni espada como su espada
ni corazón tan de veras.
…
¡Qué gran torero en la plaza!
¡Qué gran serrano en la sierra!
…
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.
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Extracte de l'entrevista:
¿Y qué sabe del Gernika ?
Estaba pintado antes del bombardeo de Gernika por la Legión Cóndor nazi.
El 25 de mayo el cuadro se expuso en el pabellón de la República Española, en París: ¡es imposible pintarlo en treinta días! La tela no hubiese estado seca para ser enrollada y transportada.
Picasso tenía el cuadro pintado. Lo vieron en su estudio en París varios republicanos españoles: “¡Gernika!”, exclamaron.
Picasso no titulaba. Aceptó Gernika, mirada republicana antifascista. Y llegó Bergamín, agregado cultural de la República Española, a comprar un Picasso para el pabellón español en la Exposición de París...
Por 150.000 francos, abultada cantidad. El Gernika se expuso junto a un retrato de Federico García Lorca, al que se honraba tras su asesinato hacía nueve meses...
Y si no es un bombardeo, ¿qué cuenta?
La vida, cogida y muerte del poeta, dramaturgo y torero Ignacio Sánchez Mejías que Lorca cantó en su Llanto…
Federico e Ignacio eran amigos, Ignacio era amante de la Argentinita y mecenas de los poetas del 27: en su cortijo de Pino Montano, Sevilla, con Bergamín, se formó la generación del 27.
Picasso los admiraba, aunque Pablo era 17 años mayor que Federico. Como era muy taurino, admiraba a Ignacio Sánchez Mejías.
El hombre ¡Es Ignacio Sánchez Mejías! Tenía 43 años y le cogió en la plaza de Manzanares el toro Granadino el 11 de agosto de 1934. A las cinco de la tarde...
¡Así le lloró Federico García Lorca en su magistral elegía! Y Picasso pinta aquí, ¿ve?, un cinco en números romanos. La hora. Y este número once: el día. Y la cola del toro traza un siete: el tendido en cuyo estribo –y lo pinta, vea– se había sentado Ignacio.
Sí, el toro con un ojo más grande a la derecha, porque... “maestro, cuídese de este toro, que mira a la derecha”, le había advertido el mozo de espadas al matador...
La bombilla es una alegoría del parque de la Bombilla, en Madrid, con un templete (su forma ovalada enmarca la bombilla) para los músicos: allí bailaban Ignacio, Lorca, Marcelita...
Marcelle Auclair, una jovencita francesa con la que Ignacio iniciaba un romance: vea en el lienzo, aquí, su rostro flotante.... Agonizaba Ignacio y Marcelle vagaba afuera en la noche, vea que porta un quinqué...
La esposa de Ignacio, Lola, no dejó entrar tampoco a la Argentinita: Lola se adueñó del cuerpo del torero. Cornuda. Así la pinta Picasso, mire a la derecha la cabeza de Lola..: le brota un cuerno. Encarnación López Júlvez, Argentinita, amiga de Federico y amante del torero. Véala aquí con un sombrero de tres picos (obra que cantó). Y fíjese en sus cejas: hay dos alfileres…
¡Alfileres! En el parque de la Bombilla estaba la ermita de San Antonio de la Florida: mujeres casaderas le dejaban alfileres. Picasso pinta en el cuadro trece alfileres, porque Ignacio morirá... el día 13.
El caballo es Polvorilla: regalo de Ignacio a su hija Piruja, se lo subió al dormitorio... y rompió la pata de un mueble: véala aquí, rota.
